
El 11 de julio se fue de gira definitiva nuestra única tía Elisa Magaña (hermana de nuestra madre), fallece a los 87 años, tan longeva como su bisabuelo Dionisio Yanguas Pina, fallecido en Fitero en 1889, a los 82 años, que para esos años era mucho decir.
Ella fue la segunda hija de nuestro abuelo Dn. José Magaña Yanguas y Dña. Encarnación Estefanía Cuesta, cuya genealogía se describe in-extenso en esta página, pues ahora es el momento oportuno para dedicarle a esta tía su merecido homenaje
Aquí la vemos junto a mi abuela, a la edad de cinco años.
Primera Comunión en la Capilla de San Francisco, en Bella Vista.
Sus últimos años marcaron el paso de la degradación que en algunas personas provoca se instala en la senectud a consecuencia de enfermedades propias de esa etapa de la vida, como así también una fractura de cadera que la dejó imposibilitada y sin ganas de vivir.
Sólo aquellos que la conocíamos bien de cerca, recordamos aquella mujer bonita, elegante, sociable, luchadora que eligió vivir en Bella Vista al casarse con D. Juan Merlino Arpini, fallecido en 1990). con el que tuvo dos hijos Hugo Esteban y José Juan Merlino Magaña y una descendencia de dos nietos: Marilita y Emiliano.
Durante su juventud, residiendo con sus padres, en Muñiz , Pdo. Gral Sarmiento-Buenos Aires) Aires, Argentina, participaba de actividades sociales y culturales en el Club de San Miguel, las que compartía con mi madre Mariana Magaña, quien actualmente tiene 92 años.
Era excelente anfitriona y le encantaba compartir las tardes con sus amigas de Bella Vista, jugando a la canasta o asistiendo a reuniones a beneficios para instituciones necesitadas.
Elisa Magaña, su madre Encarnación Estefanía y mi madre
Mariana Magaña. Muñiz, Año 1937
De soltera y siendo su primer sobrina, porque mi hermana Ana Maria llegó cinco años más tarde, me dedicó mucho de su tiempo: en juegos y paseos infantiles, confección de mi y de sus disfraces, pues a ella también le gustaba lucirlos en aquellos carnavales del año 1943, tal como apreciamos en esta foto.
Estos recuerdos permanecen imborrables en mi memoria, dado que me permitió disfrutar de estos mimos y de su compañía siendo adulta.
Hace un par de años depositó en mí, dado mi pasión por la genealogía, la documentación de mis abuelos inmigrantes españoles, como ser cartas, actas de nacimiento, defunción, fotos, publicaciones españolas, etc.
Aquí la vemos en plena juventud, junto a su perrito
“Chiche”.
Año 1991, en casa. Mi madre Mariana, una amiga Zulema López Albarellos, tía Elisa y mis sobrinos Pablo Bianquine y Florencia Murphy
Año 1991.Verónica Murphy, mi sobrina, mi primo Oscar Rodríguez Pérsico, Mario Pinto, Macarena Pinto (mi sobrina nieta), mi hermana, mi madre, Zulema López Albarellos y tía Elisa
El año 1991, pienso que fue el último que nos visitó en casa, posteriormente fuimos nosotros la que la visitábamos.
Jamás imaginé que esa documentación que me entregó en custodia, repleta de historias familiares como las cartas de mi bisabuelo Dn. Santos Magaña García, oriundo de Fitero, Navarra, despertaran la curiosidad del Ayuntamiento de Fitero quien las publica en la Revista Anual del año 2003. Esas cartas que conservo como un tesoro valioso que fueron el punto de partida para una posterior invitación de ese Ayuntamiento con el propósito de presentar el Libro “Los Fiteranos”, cuya edición estuvo a cargo del Lic. Jesús Bozal Alfaro y quien a través mío envía a mi tía un ejemplar con la siguiente dedicatoria: “A tía Elisa gracias a Ud. Conocemos mejor a su padre fiterano, como un servidor.” Noviembre 2004
Gracias Tía, Muchas Gracias.